Rhus succedanea es una especie de exterior que prefiere lugares luminosos y bien ventilados. Debe estar al aire libre todo el año para que se beneficie de la luz solar directa, esencial para un crecimiento sano y compacto. Sin embargo, en los meses más calurosos del verano, es mejor proporcionarle una ligera sombra al mediodía para evitar que las hojas se quemen. En invierno, tolera temperaturas bastante bajas, pero si las heladas se vuelven severas o prolongadas, es recomendable trasladarla a un invernadero frío o a un lugar resguardado, protegiendo el cepellón con tela no tejida.
La regla de riego habitual, que dicta regar siempre que la tierra se sienta seca al tacto, también es ideal para Rhus succedanea, aunque es necesario regar con mayor frecuencia durante los períodos más cálidos y con vientos fuertes. Es importante tener en cuenta que tanto la falta como el exceso de agua pueden causar graves problemas a la planta. En concreto, la falta de agua provoca la caída de las hojas y un crecimiento atrofiado; el exceso de agua provoca el ennegrecimiento de las puntas apicales de las hojas.
El trasplante debe realizarse cada dos o tres años, preferiblemente en primavera, antes de que la planta recupere su crecimiento. El nuevo sustrato debe tener buen drenaje y ser aireado: una mezcla ideal consiste en partes iguales de akadama y piedra pómez, posiblemente con un pequeño porcentaje de tierra preparada para aumentar la retención de agua.
La poda del bonsái Rhus succedanea desempeña un papel fundamental en la formación y el mantenimiento de la estructura del árbol. La poda de formación se realiza generalmente a finales del invierno o principios de la primavera, antes del inicio del crecimiento vegetativo, y sirve para establecer la forma general del bonsái eliminando ramas mal posicionadas, cruzadas o demasiado vigorosas. La poda de mantenimiento, por otro lado, se realiza durante la temporada de crecimiento para contener el crecimiento y mantener el equilibrio entre las distintas partes de la copa. Es importante realizar cortes limpios y precisos, protegiendo las heridas más grandes con masilla cicatrizante para prevenir infecciones y promover una correcta cicatrización.
El pinzado es una de las principales técnicas para mantener la Rhus succedanea compacta y armoniosa. Se realiza acortando los brotes nuevos cuando han producido de cinco a seis hojas, dejando dos o tres para fomentar una ramificación más densa. Esta práctica permite un crecimiento equilibrado y mantiene la forma deseada, además de mejorar la proporción entre ramas y follaje. Es importante utilizar tijeras afiladas y limpias para evitar heridas o infecciones antiestéticas.
Envolver con alambre de cobre o aluminio ayuda a moldear la estructura del bonsái y a dirigir el crecimiento de las ramas según el patrón deseado. En el caso del Rhus succedanea, es mejor hacerlo durante la temporada de crecimiento, cuando las ramas son más flexibles. El alambre debe aplicarse con cuidado, sin apretar demasiado, y retirarse en cuanto las ramas comiencen a crecer para evitar marcas permanentes en la corteza. Esta técnica, bien manejada, realza el carácter natural y dinámico de la planta.
La fertilización es esencial para mantener la Rhus succedanea sana y vigorosa. Se recomienda fertilizar regularmente desde la primavera hasta finales del otoño, con una pausa durante el invierno y los meses más cálidos del año. Es recomendable usar un fertilizante orgánico de liberación lenta equilibrado con nitrógeno, fósforo y potasio, o alternarlo con fertilizantes líquidos específicos para bonsáis, siguiendo las dosis recomendadas. Durante la fase de crecimiento primaveral, se puede aumentar ligeramente el nitrógeno para estimular el desarrollo de las hojas, mientras que en otoño, es mejor priorizar el fósforo y el potasio para fortalecer las raíces y las ramas.
Entre los cuidados generales, es importante supervisar regularmente la salud del bonsái, buscando plagas como pulgones, cochinillas o araña roja, que pueden aparecer especialmente durante los períodos cálidos y secos. Con atención constante y un equilibrio entre luz, agua y nutrientes, el bonsái Rhus succedanea recompensará al aficionado con elegantes formas y un follaje otoñal de singular belleza.